I:
Nuevo amor
Entre su rendición de la madrugada y la cara en el espejo, tan solo quedaban, la seda de su espalda, su aroma a cariño nuevo y dos copas de cristal, aún ensangrentadas de vino.
II:
Fusión
Acercó su oído a la corteza de una vid retorcida para escuchar a las mujeres celebrando la vendimia, a los romanos gritando y apretó sus dedos agrietados, de varios siglos de edad.
III:
Destiempos
“Riojano, abrid tus venas y bebed del aromático vino del Ebro”, pero sólo botellas vacías lo escuchaban en la taberna.
IV:
Elixir de dioses
Desde su celda, Alfaro evocó su color morado, su aroma a frutas frescas y el permanente recuerdo a terciopelos rozando su lengua; después, los perros y los dueños corriendo tras él.
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